La lotería tiene raíces que se remontan a Italia en el siglo XV, pero la versión mexicana se desarrolló en el siglo XVIII, durante la época colonial, cuando fue traída a México por los españoles. En sus primeros años, se jugaba con cartas que mostraban imágenes relacionadas con la cultura y el contexto social de la época, tales como animales, objetos cotidianos y personajes populares. Con el tiempo, el juego fue adaptándose a la idiosincrasia mexicana y se diversificó con representaciones propias de la cultura mexicana.
La lotería mexicana es más que un simple juego de azar; es una actividad social que se disfruta en reuniones familiares, fiestas populares y eventos comunitarios. A menudo se asocia con las celebraciones del Día de Muertos, las fiestas patrias y otras festividades importantes en México. Además, las imágenes de las cartas reflejan elementos de la identidad cultural mexicana, representando tanto la vida cotidiana como los símbolos tradicionales.